Adalberto, por favor no subestime mi inteligencia, mire yo lo veo así, después de quince, veinte, doce , ocho , dos años de matrimonio , uno de pronto descubre que antes de acostarse con su querida y entrañable mujer prefiere acostarse con la primera que se le cruce y no tiene nada que ver la falta de amor, tiene que ver con la rutina, si Adalberto yo estuve ahí , yo estuve , fijese a lo mejor a usted el plato que mas le gusta comer en el mundo es una buena milanesa a la napolitana, la sociedad entonces le impone comer de aquí en mas única y exclusivamente milanesa a la napolitana, por los siglos de los siglos, pero llega un momento que con el paso del tiempo usted siente que va naciendo una entrañable e irreprimible necesidad de comer ravioles, entonces va a un psicoanalista que le aconseja variar en el menú entonces le recomienda comer con mas orégano, con menos orégano, con mermelada de durazno … pero lo que usted ahora realmente quiere comer son ravioles Adalberto ¡Ravioles! .
No hay comentarios:
Publicar un comentario